sábado, 24 de noviembre de 2007

ÉPICA MODERNA




Tras el éxito de la triología tolkiana y las aventuras del niño mago, muchos han querido sumarse al carro del género épico-fantástico-familiar, aunque son destacables algunos ejemplos más enfocados al públio adulto, o por lo menos adolescente: empezando por el humor, a ratos atrevido y mordaz, de la recomendable "Stardust" (que gustosamente verán también los peques) a cintas más radicales en su propuesta como la exitosa "300" , experimento visual tan impactante como vacío e históricamente irresponsable, y la producción que nos ocupa, "Beowulf", adaptación libre (viendo el rtesultado, más bien libertina) de un mítico cantar de gesta europeo no lo suficientemente conocido por estos lares.


Como muchos ya sabrán, el realizador de esta depistante película no es otro que el incombustible Robert Zemeckis, al que tan pronto le vemos dirigiendo esa maravilla titulada "Forest Gump" como desarrollando su curiosa afición por las técnicas cinematográficas, que han marcado desde luego la última parte de su filmografía. Hace dos o tres años, ya nos sorprendió con la deslumbrante "Polar Express" , una bonita cinta navideña en la que Tom Hanks se convertía en un carismático maquinista animado, y este curso ha vuelto a por todas perfeccionando esta original técnica de transformación animada (y aquí son todos los actores: Hopkins, Jolie, Winstone...) e imprimiendo un toque adulto, oscuro, por lo menos, interesante.


En cuanto a lo primero, el "motion capture", el resultado es satisfactorio, más aún teniendo en cuenta la experiencia 3-D que algunos cines proponen y que he podido disfrutar con gran ilusión. Aunque algunos personajes no reflejan muy acertadamente el rostro de sus actores (el sibilino John Malkovich y la sumisa aunque inteligente esposa del rey vikingo, caracterizada por Robin Wright Penn) puede decirse que, en general, se ha alcanzado el objetivo de encontrar una nueva dimensión cinematográfica entre la animación y la interpretación real. El 3-d, por otro lado, suponía un auténtico reto (110 minutos , la película completa, a diferencia de las pequeñas dosis de "Superman Returns, p.j.)que, finalmente ha sido superado con nota, gracias a momentos de terrible impacto, algún que otro susto, y ciertas escenas que dejan con la boca abierta. De todas formas, el perfeccionamiento definitivo de la técnica sigue siendo una asignatura pendiente, ya que todavía deben evitarse algún que otro desenfoque y la artificialidad de varias escenas. Sin embargo, no hay duda de que merece la pena pagar unos euritos más para ponerse las famosas gafas.


Por otra parte, si algo llama la atención, dejando a un lado el aspecto técnico de la propuesta, es su vocación de convertirse en ejemplo de lo que podría denominarse una "épica adulta" en la que hay sitio para el erotismo rozando lo explícito (el desnudo de Angelina Jolie saliendo del lago entra ya en la lista de las escenas más "calientes" de los últimos años), un humor provocativo (que salta del negro al verde, de lo chabacano a lo inteligente) , una sorprendente desmitificación del héroe,que no es sólo valiente, sino también un tanto traidor, avaricioso, dominado por el arrepentimiento al llegar su madurez, una inesperada gama de matices en las relaciones del protagoniosta (su mujer, enormemente enamorada, dolida profundamente por su engaño, que se escuda en el creciente cirstianismo; el Beowulf ya adulto, soportando la fría relación con su mujer ,a pesar de su amor mutuo, y recurriendo a amantes que "le calienten las noches"; el general que no quiere saber la verdad de su jefe....), pero sobre todo, buena y abundante acción gobernada también por una inquietante oscuridad y salpicada de sangre y violencia. Como habrán observado, "Beowulf" es de todo menos un filme para niños, idea que seguramente albergará algún padre.


Esta mezcla de géneros, como era de prever, resulta tan original y excitante como irregular y peligrosa. Zemeckis juega a muchas cosas a la vez, sin que ninguna de ellas le quede redonda, aunque sí altamente disfrutable. Y, otra vez nos encontramos ante un mostruo de lo más ridículo , el tal Grendel que no sé por qué debe tener esa forma de niño cadáver agrandado y atormentado, cuando he oído que según el cantar, era un dragón de los de siempre. ¿Un plagio quizá de lo peor de "300" (recuerden aquel Gollum, no sé si voluntario, que impedía cualquier atisbo de realidad histórica)?


Sea como sea, "Beowulf" es, en cunjunto, un nuevo paso audiovisual y, cinematográficamente, la daptación de un sueño épicoerótico que algún guionista de Hollywood (quizás el propio Zemeckis) concibió una calurosa noche de verano (¡cómo se puede añorar el frío!)con el cantar británico en su regazo, tras habérselo leído a su hija de 5 años, y una revista de cotilleos con la Jolie en portada.


Para valientes golfos de la aventura.

domingo, 18 de noviembre de 2007

Christie estudiando matemáticas


Como ya comenté en un post anterior, debe reconocerse que el cine espeñol ha emprendido un muy saludable camino de experimentación y apertura a nuevos mercados (más comerciales, algunos, más serios, otros) que ha repercutido muy favorablemente en los datos de audiencia que se vienen cosechando esta esperanzadora temporada de otoño: respaldadas por el taquillazo de "El orfanato", filmes tan interesantes como "La torre del Suso" y"Las 13 rosas" se han colado, c0n justicia, entre las producciones más vistas.

Compartiendo estreno con la última de Garci (lamentable coincidencia) se estrena en nuestras salas un gran ejemplo de lo que puede ser aunar entetenimiento y originalidad en el indeciso mercado del cine nacional. Avalada por la presencia de un atractivo reparto (grandes figuras como Lluís Homar y Federico Luppi junto a nuevos talentos como Ballesteros, Millán y Sauras), los debutantes Pedrahíta y Peña (el primero, mago de profesión, y ahora también solvente director) han realizado un "thiller de intriga policíaca" que combina el concepto clásico y eficaz de misterio según Agatha Christie (cuya influencia es más que notable) y el elemento de enigmas matemáticos que extrañará en principio al espectador, pero que según avance la trama, se mostrará sumamente interesante.

El argumento es bastante "sexy" cinematográficamente hablando: 4 matemáticos brillantes deben resolver una serie de acertijos y enigmas relacionados con los números (algunos de ellos quizá se antojen excesivamente populares ) si quieren frenar una habitación que se reduce constantemente y tiene la pretensión de presionarlos y encerrrarlos en una estrechez mortal. A partir de ahí se suceden las sorpresas y los giros de guión (sin más trampas que las necesarias) con una impresionante agilidad que convierte la aventura en un trepidante "tour de force" que dejará al espectador bien atado a la butaca durante una amenísima media hora. Mentiras, secretos, ambición, deseo... se entrelazan para conformar una divertida variente que podría llevar el nombre de "5 negritos matemáticos".

Muy recomendable para espectadores con ganas de pasar un buen rato y, en especial, para aquellos que recuerden con nostalgia su juventud plagada de Poirots, Marples o problmas lógicos de sorprendente resolución.

viernes, 16 de noviembre de 2007

Tríptico político




Llama la atención ver en nuestras salas un filme de carácter político y, a la vez, importante tirón comercial. Y es que parece ser que, con las elecciones estadounidenses relativamente cercanas y una audiencia cada vez más concienciada, directores de la talla de Brian de Palma (la recién estrenada "Redacted"), Paul Haggis (una pena que el estreno de su aclamada "En el valle del Elah" se retrase hasta enero) y Robet Redford han decidido ocupar parte de su filmografía con el delicado tema de los errores de la gestión de Bush en lo que concierne, sobre todo, a la terrible guerra de Irak.



No obstante, al contrario que sus compañeros de profesión, Redford pretende con su "Leones por corderos" , no sólo trazar una rotunda (que no morbosamente explícita, como la de De Palma) crítica contra el enfrentamiento bélico mencionado, sino también tratar las causas y consecuencias que este ha generado en el mundo político, periodístico y educativo. De esta forma, el filme se compone de 3 escenas diferentes que se alternan y complementan cual tríptico de fondo uniforme: la entrevista que un joven senador republicano de prometedor futuro e inquietente astucia (sorprendente Tom Cruise)concede a una escéptica, desengañada y muy humana periodista , interpretada con la convicción habitual por Meryl Steep , que acaba derivando en intenso duelo dialéctico; la interesante conversación entre un idealista profesor de universidad (correcto Redford) y un alumno incrédulo y comprensiblemente decepcionado con eso que llaman "ciencias políticas", y la lucha entre la vida y la muerte que deben emprender dos soldados americanos (de origen hispano y afroamericano, respectivamente), alumnos del profesor, ante el inminente ataque de los talibanes en un desolada y aislada cumbre. Las 3 historias, con un carácter insólitamente teatral, fluyen con emoción , ilustrando, con mucho acierto, el contraste entre la comodidad de la política (el sillón de Cruise, su inmaculado despacho, su inhumana capacidad para jugar con los sentimientos) y la realidad a la que se exponen los que deben sufir las interesadas decisiones de los malabaristas políticos.


Hay quien ha acusado al realizador de excesiva suevidez y de no contar nada que no estuviera ya notablemente reflejado en otros filmes y documentales, mas no deberíamos confundir "sutileza" con "suavidad" y, menos aún, infravalorar un noble intento de refrescarnos algo que, por mucho que se haya contado ya (y lo dudo), no deja de estar vigente y de gran actualidad, resultando necesario su conocimiento.


Hay momentos geniales, de profundo interés, que ya por sí solos justifican la existencia de una estimable (me parece que mal comprendida) cinta cuyo objetivo no es otro que concienciar al espectador y dialogar con él de forma indirecta. Sólo en el desenlace, parcialmente abierto, surge una conexión directa en la que se nos plantea un interrogante terrible, al que no sólo el personaje, sino también nosotros deberíamos responder.


Para amantes de la reflexión estimulante y la denuncia de los mortales jueguecitos del poder.

viernes, 9 de noviembre de 2007

La torre de las segundas oportunidades


El cine español ha sorprendido a diestro y siniestro este otoño con el bombardeo de propuestas interesantes para todos los públicos: al enorme éxito de "El orfanato" (4 semanas gobernando la taquilla) se le ha sumada la buena acogida de "Las 13 rosas", la inminente llegada de lo nuevo de Garci (que dicen es su resurrección como genio), la aparición de filmes innovadores en sus fórmulas ("La habitación de Fermat") o estrenos tan notables como el de esta semana, "La torre de Suso".

Dirigida por el que fuera responsable de la inolvidable "7 vidas" , "La torre de Suso", que fue calurosamente acogida en Donosti, adapta a la española una forma de hacer cine muy francesa y eficaz: en un pintoresco enclave rural (en este caso, la lluviosa Asturias de otoño) se desarrolla una tragicomedia sobre la amistad y el amor con las dosis necesarias y proporcionadas de humor y sentimientos para que el espectador medio quede conmovido por la sencillez, simpatía y emotividad del título.

En la exitosa combinación de los factores, ha contribuido seguramente la experiencia de un realizador de teleseries donde prima el chiste dialetico constante y ágil , al que ha añadido una humanidad desbordante para llegar a un amplio y variado sector del público. Sin duda, también deben mencionarse las interpretaciones de los televisivos Javier Cámara, Gonzalo De Castro o Malena Alterio, acompañados por un notable elenco de secundarios (entre ellos, Emilio Gutiérrez- Caba).

La historia de un grupo de amigos que se reencuentra 10 años después con motivo del fallecimiento de uno de ellos, y el duro proceso que emprenden para "volver a empezar" centran la atención de un recomendable filme cuajado de esplándidos gags y preciosas escenas que se merece , y seguro tendrá, un importante éxito comercial.

Adiós, pequeña, adios


El esperado debut como director de Ben Affleck ha nacido rodeado por la polémica: las similudes iniciales que pueda tener el argumento con el morboso caso Maddeleine (nombre que comparte la actriz que interpreta a la niña en el filme, de sorprendente parecido físico), el éxito en TVE de la nueva serie "Desaparecida"...Bienvenida sea esta publicidad involuntaria si consigue atraer a numerosos espectadores , aunque poquísimo tengan ver ambos casos con el que nos ocupa, un auténtico viaje a los bojos fondos de la realidad y a la frontera entre el concepto personal y real de "justicia".

Un espectacular Affleck-realizador (impresionante debut, más aún si recordamos sus limitaditas capacidades actorales) dirige con personalidad y seriedad a un interesante reparto (desde el notable protagonismo de su hermano, a las estimulantes colaboraciones de Ed Harris y Morgan Freeman) que debe enfentase a una compleja trama de investigación policial sobre la desaparición de una niña de apenas 4 años y el sorprendente descubrimiento final de una verdad que se aleja del cariz criminal y adquiere uno emocional de gran interés, que suscita una oprtuna reflexión que cabe no desvelar. El guión juega así a combinar diversos géneros de forma coherente (intriga, tensión, drama familiar) con óptimos resultados, aunque al amigo de Matt Damon le falte por pulir un ritmo que a veces se antoja excesivo, agobiante, y otras, un tanto renqueante (sobre todo, en los primeros 45 minutos, los más convencionales del conjunto).

No obstante, reulta admirable el talento de Affleck para adaptar al cine una obra del autor de "Mystic River", también transladada al cine con éxito por el incombustible Clint Easwood. Desde luego, no puedo más que recomendar esta inquietante experiencia cinematográfica de primer orden, cuyo último fotograma ya vale por cientos de insulsas producciones. No se arrepentirán.